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sábado, 12 de marzo de 2011

La Malmuerta



La Malmuerta, torre situada en Córdoba, se edificó en 1404, sobre otra anterior musulmana. Su misión consistía en defender las puertas del Rincón y del Colodro. Su construcción fue costeada con el producto de multas a tahúres y garitos.

Dice la leyenda: “que hubo un caballero, ascendiente de los Marqueses de Villaseca, casado con una bella dama. Esta, con un corazón dedicado a los más pobres, salía de casa cada tarde para prestar ayuda en labores humanitarias en la ciudad, ofreciendo comida y ropas a gentes necesitadas. Este hecho se lo ocultaba a su marido, pues no veía bien que personas de la alta alcurnia se codearan con la clase baja. El marido, sospechando de éstas salidas cotidianas de su esposa fue presa de los celos, creyendo que su amada salía cada día para encontrarse con un amante, y un día la mató culpándola de adulterio. Más tarde descubrió la realidad, y sintiéndose avergonzado por dicho acto, pidió perdón al rey, el que le mandó construir una torre, cuyo nombre sería “La Malmuerta”, de ésta manera sería recordada durante los siglos”.

Otra leyenda dice: “si alguno pasa por debajo del arco sobre un caballo corriendo y pede en su velocidad leer la inscripción, será feliz, porque verá desmoronarse aquel sólido edificio y aparecer ante sus ojos un gran tesoro que entero le será entregado”.

Perdida su función defensiva se utilizó como prisión para nobles. Después, en el siglo XVIII, el sabio cordobés D. Gonzalo Antonio Serrano realizaba sus observaciones astronómicas desde ella.
Gonzalo Antonio Serrano, médico, matemático y astrónomo, nace el 5 de noviembre de 1670, en el Barrio de San Lorenzo de Córdoba, pasando a vivir a la calle de San Pablo, en el número 37. Fue bautizado en la Iglesia de San Lorenzo, que el 22 de mayo de 1815, hubo una tormenta, y estando refugiados en el pórtico una porción de hombres, entre ellos el teniente cura de aquella parroquia, Don Manuel Prieto, cayó un rayo con tanta violencia sobre el San Lorenzo que había en lo alto de la torre, que lo partió y derribó sobre el pórtico, cuyo techo horadó, yendo a dar en el suelo, casi a los pies del expresado sacerdote. La escultura fue colocada en su sitio, poniéndole una piedra redonda por cabeza, lo que otros rayos han derribado después.

Gonzalo Antonio Serrano, era un hombre querido y respetado en Córdoba, y por tanto no se le conocían enemigos, sin embargo sufrió un percance al final de la calle de la Pierna:
“Dícese que cierta noche llamaron a Don Gonzalo para ver a un enfermo, y que cuando salió a la calle tres embozados de buen aspecto se arrojaron sobre él, le vendaron los ojos, amenazándole con la muerte si gritaba, y dándole seguridades de su persona si guardaba silencio. Le hicieron andar muchas calles, lo entraron en una casa y, llevándolo hasta una estancia, lo descubrieron, presentándole a una señora tapada con un gran velo, próxima a ser madre. Era preciso operarla y a él se le encomendaba. Obedeció con su notable acierto, recibiendo por su trabajo una gran cantidad de dinero, y después le llevaron hasta la puerta de su casa, donde le dieron las gracias, manifestándole que si algo se vislumbraba de aquel suceso pagaría su indiscreción con la vida.

En Córdoba, año de 1727, día 18 de julio, el Doctor D.Gonzalo Antonio Serrano, saliendo de la calle de la Pierna, al volver para Sra.Santa Ana, alevosamente fue acometido y herido en la mano derecha de una cuchillada por uno que detrás de la esquina le esperaba acompañado de otro, y luego que recibió el golpe, invocando el nombre de la Virgen Santísima de Linares, aunque el alevoso le tiró otras dos cuchilladas, la una en un brazo, que totalmente cortó hasta la camisa, la otra en la cabeza, y de ninguna de estas recibió lesión en la carne, y la de la mano aunque con nervio y huesos cortados, fue sano en tan breve tiempo, que admirados los cirujanos, lo tuvieron a milagro. Y a su devoción se puso éste”.

Fallece en Córdoba en el año 1761, en el Convento de los Padres de Gracia. Casi debajo del arco de entrada hay una lápida en la que se lee: “Entierro del Doctor Don Gonzalo Antonio Serrano, Maestro en la ciencia Matemática, principalmente en la Astronomía y Astrología, médico en Córdoba su patria. Murió Año de 1761”.

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