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martes, 20 de diciembre de 2011

Serranas y el Libro de Buen Amor


El Libro de Buen Amor (1330 y 1343), también llamado Libro de los Cantares, es una obra del Mester de Clerecía del siglo XIV. Es una composición extensa y variada de 1728 estrofas, cuyo hilo conductor lo constituye el relato de la autobiografía ficticia del autor (Juan Ruiz, Arcipreste de Hita). Está considerada una de las cumbres literarias españolas de cualquier tiempo, y no solo de la Edad Media.

El libro contiene una colección heterogénea de diversos materiales unidos en torno a una pretendida narración autobiográfica de asuntos amorosos del propio autor, quien es representado en una parte del libro por el episódico personaje de Don Melón de la Huerta. En él aparecen representadas a través de sus amantes todas las capas de la sociedad bajomedieval española.

Abarca los intentos de seducción por parte del Arcipreste, intentos que suelen acabar en fracaso. Así le ocurre inicialmente con una “dueña” y con una mujer llamada Doña Cruz, que acaba entendiéndose con Ferrán García, el propio mensajero del Arcipreste enamorado. Las primeras experiencias con varias damas resultan fatídicas, por lo cual tiene una discusión con el amor en la que Ruiz se ofrece como protagonista de su obra narrándonos la obra en primera o tercera persona en la mayoría de los pasajes.

En el transcurso del argumento principal, se intercalan fábulas y apólogos que constituyen una colección de exempla. Asimismo se pueden hallar alegorías, moralidades, sermones, cantigas de ciegos y de escolares de tipo goliardesco. También se recogen composiciones líricas profanas (serranillas, muchas veces paródicas), al lado de otras religiosas.

Los materiales narrativos se alternan con glosas al “Ars amandi” de Ovidio y del Panphilus de amore, y parodias de la liturgia de las horas canónicas o de los cantares de gesta (el combate de Don Carnal con Doña Cuaresma). Otros géneros que se pueden encontrar en El Libro de Buen Amor son los plantos, como el hecho a la muerte de Trotaconventos, personaje que constituye el precedente más claro de La Celestina o las sátiras, como las dirigidas contra las dueñas chicas o el poder igualador del dinero.

Del Libro de Buen Amor existen tres códices: el de Salamanca, el de la Real Academia Española conocido como códice de Gavoso, y el de Toledo.

El hecho de que se hayan conservado tres manuscritos de esta obra es un indicio de la importancia y difusión que tuvo esta obra desde bien temprano: los códices de Toledo y Ganoso son de fines del siglo XIV, y el de Salamanca fue copiado a principios del siglo XV por Alonso de Paradinas. En los tres han sido arrancadas varias hojas, lo que impide la lectura completa del libro y además las lecturas divergen ocasionalmente a causa de las deturpaciones de los copistas.

El título con que hoy se conoce la obra fue propuesto por Menéndez Pidal en 1898, basándose en distintos pasajes del propio libro, especialmente el de la cuaderna 933b, cuyo primer hemistiquio reza: “Buen Amor’dixe al libro”.

Esta obra consta:

.- La introducción, donde el autor explica el sentido e interpretación del libro. Consta de una plegaria en cuaderna vía a Dios y a la Virgen en que solicita su ayuda, un proemio en prosa que adopta el género de sermón culto que podría ser paródico, y otra oración invocando de nuevo el favor divino para llevar a cabo el libro, para terminar con dos gozos líricos a Santa María.

El libro se abre con una oración en la que el Arcipreste además de implorar la ayuda de Dios y de la Virgen para sus aflicciones, rememora unos pocos milagros de la Biblia, les pide gracia para poder hacer este libro e inspiración, consolación, salvación, bendición…. El Arcipreste ruega a Dios para poder crear su libro y se refiere a él como creador de todas las cosas, después se refiere al público y finalmente canta los gozos de Santa María, dónde cuenta la historia de la Virgen, desde que el Ángel Gabriel vino a ella hasta que Dios la elevó hasta el cielo.

.- Una autobiografía ficticia del autor, que constituye el hilo conductor de toda la obra. En ella se relatan sus amores con distintas mujeres, todas de diferente origen y condición social: una monja, una mora, una dueña que vio estar orando, una panadera, una mujer de alta posición, varias serranas, etc., ayudado por una alcahueta, Urraca, más conocida como Trotaconventos.

De todas las damas vamos a referirnos a las serranas, que empieza con la 7ª dama:

7ª Dama: Es una serrana vaquera, samosa, ruin y fea que se llama a si misma La Chata. Viajó al puerto de Lozoya, donde se encontró con una vaquera llamada Chata que cobraba a los que querían pasar por el camino en busca de alojamiento. El Arcipreste no tenía con que pagar y le suplicó que le dejara, negándose ésta. Al final le dio cobijo en su casa a cambio de una garnacha, un prendedor y una plancha. Tras atiborrarse y descansar, lucharon (quiere decir que acabaron haciendo el amor).

8ª Dama: Es una serrana vaquera y precavida. El Arcipreste marchó hacia Segovia y cuando volvió a su tierra se equivocó de camino. Le suplicó cobijo y ésta le dijo que no, aunque terminó acogiéndolo. Tras cenar con ella el Arcipreste se marchó y la vaquera se enfadó con él.

9ª Dama: Es una serrana de Cornejo bastante boba que pretende casarse con el Arcipreste. Éste emprendió el camino y la encontró cerca de Cornejo, ella le preguntó que qué era lo que buscaba y él dijo que marchaba de casería. Esta quiso casarse con él y le pidió una serie de cosas que ambos acogieron con agrado.

10ª Dama: Es una serrana muy fea de Tablada, posee las características de un hombre: gran tamaño, muy velluda y de gran fortaleza física. Tras caminar perdido empezó a pasar frío y necesitaba posada, encontró a una serrana fea quien le dio dónde pasar la noche. De lo fea que era escribió tres cantigas y aún así no consiguió describirla bien.

.- Una colección de enxiemplos (apólogos, fábulas y cuentos), que sirven como enseñanza mora y cierre de los episodios.

Cuentos:

            El cuento del príncipe al que le predijeron cinco muertes distintas. Un rey moro tuvo un hijo y mandó llamar a cinco astrónomos para que le predijeran el futuro. Sin embargo, cada uno sentenció una cosa distinta por lo que el rey los mandó encarcelar. Cuando creció, al instante fueron cumplidas las predicciones de los maestros y estos fueron liberados.

            El cuento de los dos perezosos que se querían casar con la misma mujer. Esta les dice que se casará con el más perezoso de los dos, sólo que para burlarse de ellos. Cada uno intenta convencerla de que es más perezoso que el otro, pero ella les dice que no se casaría con ninguno de los dos.

            El cuento del ladrón que pactó con el diablo para librarse de la horca. El diablo lo salvó muchas veces de la muerte hasta que al final se cansó y lo dejó morir.

Fábulas:

            La fábula de la zorra y el cuervo, en la que la zorra adula al pájaro para arrebatarle el queso que tenía en el pico. Moraleja: no creer las adulaciones porque pueden hacernos mucho mal.

            La fábula del ratoncillo y el león, en la que el segundo se salva de la muerte gracias al pequeño roedor, al que previamente había perdonado la vida. Moraleja: no se debe menospreciar al pobre y al humilde ya que pueden hacernos grandes favores.

            La fábula de las liebres, éstas oyen un gran ruido procedente del interior de la selva, asustadas una de ellas dice que no deben tener miedo ya que son rápidas y veloces, pero nada más acabar el discurso empieza a correr y todas asustadas le siguen. Moraleja: es mejor hacerle frente al miedo que huir como cobardes.

.- La disputa entre el autor y Don Amor (un personaje alegórico), donde el primero acusa a Amor como responsable de los pecados capitales, y el segundo da consideraciones de cómo ha de ser la mujer y el galán.

Argumentos del Arcipreste contra Don Amor:

            “…eres falso y embustero y ducho de engañar…”
            Le decía que no podía salvar a las personas, sino que las mataba a grandes cantidades. Se sirve de engaños y separa a las mujeres y hombres solo por iras y enfados. A muchos les enloquece saber lo que le planea y no les permite beber, comer o dormir. No tiene regla fija. Cuando uno se enamora, Don Amor no le alivia con nada, por el contrario, lo humilla y hace que se sienta asustado. No hay ningún hombre, por fuerte que sea, que Don Amor no pueda volver débil y vulnerable. El Arcipreste acusa de los pecados capitales y argumenta cada uno de ellos con una fábula.
Consejos de Don Amor al Arcipreste:

            Don Amor le replica al Arcipreste que si no ha conseguido todavía a una mujer se eche la culpa a si mismo, ya que no acudió a él. Le recomienda que lea un libro, cuyo autor fue discípulo suyo asegura que le ayudará a aprender las buenas maneras de un enamorado. Para mostrarle al Arcipreste qué mujer debe escoger, da el ideal de belleza femenina de la época. Más tarde, le dice las condiciones que él tiene que cumplir: debe servirla y sobre todo amarla. Don Amor matiza que el enamorado no ha de ser perezoso, sino un galán cortés. Aconseja al Arcipreste que muestre sus cualidades ante la mujer que quiera cortejar y que no se amedrente ante las negativas de la misma.

.- La narración de los amores de Don Melón y Doña Endrina (adaptación de la comedia humanística medieval Pamphilus).

Es una joven viuda pretendida por muchos hombres debido a su riqueza. El Arcipreste se enamora de ella y le pide consejo a Doña Venus de cómo conquistarla. Se la encuentra en una plaza y habla con ella, este se declara pero Endrina no quiere nada con él. Don Melón (el Arcipreste), pide ayuda a Trotaconventos, ésta acepta el trato de Don Melón y se dirige a casa de Doña Endrina, la cual le dice a Trotaconventos que no tiene interés en Don Melón. De vuelta a casa de Don Melón, Trotaconventos le dice que puede conseguir el amor de Doña Endrina, solo tenía que insistir. Éste pide mas ayuda a Trotaconventos, y ésta vuelve a casa de Doña Endrina, le insiste y consigue una cita. Don Melón acude a la cita, allí habla con Doña Endrina y le cuenta el por qué no quería nada con él. Trotaconventos resuelve la situación y ambos se unen en matrimonio.

.- El relato alegórico de la batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma, en realidad una parodia de los cantares de gesta medievales.

Doña Cuaresma manda dos cartas a Don Carnal diciéndole que dentro de 7 días se unirán para luchar debido al mal que le había hecho Don Carnal, y que le será imposible escapar de la muerte o prisión. Cuando llega el día allí fue Don Carnal acompañado de un ejército formado por: gallinas, perdices, conejos, gansos, vacas, etc., armados con ollas de cobre, calderas, sartenes, etc. Doña Cuaresma tardaba, mientras, Don Carnal y su ejército se disponen a comer. Comieron tanto que les entro sueño y se quedaron dormidos, pero los gallos que estaban medio dormidos se despertaron debido a que oyeron un gran ruido, era Doña Cuaresma que había venido a atacar. Empezó la pelea entre el ejército de Don Carnal y el ejército de Doña Cuaresma que estaba formado por peces. Lucharon durante gran rato hasta que la ballena derribó a Don Carnal en la arena, casi todo su ejército estaba ya rendido, pero luchaban como podían, hasta que el ejército de Doña Cuaresma pudo con ellos, y los ataron, Doña Cuaresma mandó ahorcarlos, y a Don Carnal ser su prisionero dándole al día un solo manjar.
.- Un comentario al Ars amandi del poeta latino Ovidio

.- Sátiras de tono y contenido goliardesco, como la  Cantiga de los clérigos de Talavera”, el elogio misógino de las dueñas chicas, o la sátira “Contra la propiedad que el dinero ha”.

En la sátira, se critica como el dinero puede corromper a cualquiera sin importar su clase o condición. En ésta época los ideales no valen, se es alguien según tus riquezas. El dinero hace que el necio sea sabio, da alegría y placer, hace que el culpable no lo sea y que no se agraven las cosas, bendice a cualquiera, hace al caballero aldeano, conde a los villanos, se otorgan perdones, … En conclusión el dinero es quien mueve la sociedad de la época.

.- Una serie de composiciones líricas religiosas, casi siempre marianas (Gozos de Santa María).

Al final de su libro declara que cualquiera podrá añadir o corregirlo, con la única condición de que supiera hacerlo bien, actitud abierta que se enfrenta a la de otros escritores contemporáneos que pretendían fijar su texto. Su obra demuestra un profundo conocimiento de las pasiones humanas y se caracteriza por un portentoso balance entre la delicadeza y la desvergüenza, logrado por medio de una inteligencia muy fina, ambigua e irónica, pese a lo cual la obra posee brío y audacia. Por otra parte, ofrece una panorámica social muy completa de los comienzos del siglo XIV que refleja las tensiones sociales entre la naciente burguesía y los estamentos privilegiados (clero y nobleza) de la sociedad, como en la sátira del dinero dónde es perceptible el papel del dinero como destructor del rígido orden estamental.

Entre las varias mujeres a las que intenta enamorar, el único caso en que tiene relaciones carnales se produce cuando le asalta la serrana La Chata, si bien las serranas salvajes eran personajes de un género literario muy tipificado.

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