Puerto Serrano es un municipio español de la provincia de Cádiz, Andalucía. En 2006 contaba con 6.960 habitantes. Su extensión superficial es de 80 km². Se encuentra situado a 168 m. de altitud y a 105 km. de la capital de la provincia, Cádiz. Se ubica en la ribera del río Guadalete.
Hablamos de la región de las Sierras Sub-béticas, son éstas un conjunto de pequeñas sierras formadas por materiales jurásicos, que a modo de mogotes o “kippes” destacan en un paisaje triásico de topografía ondulada, con alturas de 500-600 m., y muy recortadas en algunos sitios por ríos y arroyos. Aunque se encuentran ampliamente representado en toda la provincia de Cádiz, domina de un modo especial hasta llegar a constituir una región natural, en las zonas montañosas del norte, en la comarca de Algodonales y Olivera, que enlaza con la de Algámitas y sierra del Tablón de Sevilla.
Durante la estación cálida en el área de Puerto Serrano se rebasan ampliamente los 40º de temperatura, al igual que ocurre en amplias zonas de la provincia de Sevilla. En cuanto a la estación fría, diremos que se alcanzan pocas veces temperaturas mínimas que puedan considerarse como verdaderas heladas, y además son de corta duración.
El gentilicio que se aplica a sus habitantes es portoserranense, aunque es muy común el uso de la palabra “polichero/a” para denominar a los naturales de Puerto Serrano. El término “polichero/a” proviene de la palabra “bolichero”, que hace referencia a la persona que hace carbón en un “boliche” (horno pequeño para hacer carbón de leña). Al parecer el uso de ésta denominación tiene su origen en los habitantes de ésta zona que se asentaron en las faldas del Castillo de Gailir, fabricaban “boliches” de carbón de encina. Esos mismos fueron más tarde desplazándose buscando la vega del río, constituyendo el asentamiento actual.
Silos prehistóricos, necrópolis de la época del Bronce, tumbas árabes, restos de poblamientos romanos y un importante legado cultural conforman el patrimonio de este pueblo privilegiado por el paso de culturas y civilizaciones. En Puerto Serrano, la naturaleza y la historia se abrazan de modo inigualable.
La privilegiada situación geoestratégica de Puerto Serrano posibilitó su pronto poblamiento, lo que ha dejado innumerables huellas en el término municipal.
Sus orígenes se remontan a tiempos prehistóricos y sus tierras han sido testigos del asentamiento de diferentes culturas. Esta ocupación ininterrumpida obedece a las distintas características geográficas que confieren al lugar unas favorables condiciones de habitabilidad. Entre ellas podemos citar: la proximidad del río Guadalete, que atraviesa ricas tierras de labor y que fue una importante vía de comunicación en tiempos prehistóricos e históricos, la posición estratégica en la que se establece, como zona fronteriza y, a la vez, de paso, por ser nexo entre distintos términos, y sus abundantes recursos naturales y económicos: agricultura, caza, extracción de minerales.
Son muchos los hallazgos arqueológicos que nos hablan del establecimiento humano en todo su término durante el Paleolítico, Neolítico y Calcolítico. Pero es a comienzos de la época del Bronce, cuando la zona parece cobrar relevancia, como lo han demostrado las excavaciones arqueológicas realizadas en la necrópolis de cuevas artificiales correspondientes al II milenio a.c.
Posteriormente, turdetanos y romanos habitaron sus tierras. Del lugar donde estuvo la ciudad romana, Marciano, proceden importantes restos arqueológicos, como la escultura del dios Atis, columnas de mármol rojo, mosaicos que se encuentran en el Museo Arqueológico de Sevilla junto a 28 denarios oficiales romanos encontrados en la localidad y cuya cronología los sitúa en el 149 a.c.. Asimismo quedan vestigios de numerosas “villae” (explotaciones agrícolas), que se repartieron por todo el término. Se conoce también la necrópolis correspondiente a este momento, que ocupó varias hectáreas y de la que aún se pueden visitar varios enterramientos. Otra construcción de características romanas son los restos de “El Chaparral”, situado junto a la cañada real.
Correspondiente a época hispanomusulmana se conocen varios lugares en el término, aún se conservan restos de antiguas fortificaciones (Gailir, El Castellar, Pozo Amargo), y de algunas alquerías con sistemas de almacenamiento (silos), como en la meseta en la que hoy se ubica el Almendral.
Puerto Serrano fue reconquistado alrededor de 1240, a partir de ese momento algunas órdenes guerreras (templarios), se instalaron en la zona, pero el pueblo no se funda hasta 1615, cuando algunos agricultores reciben permiso para erigir un pueblo aparte. En éste año comenzó oficialmente la etapa de dependencia de Morón con la fundación de “Puerto Serrano”, como tal nombrado Villa en 1805. Sin embargo será en 1835, tras un largo litigio, cuando consiga la independencia. El papel de los guerrilleros de Puerto Serrano en el acoso y derribo de las fuerzas napoleónicas en la provincia fue fundamental, motivo por el que se les premió con la asistencia promulgada por las Cortes de Cádiz.
Bandolero
Puerto Serrano y sus alrededores fueron uno de los lugares más frecuentados por el bandolero Francisco Villaescusa “El Cristo” y sobretodo la finca de Cuatro Mojones, así llamada porque reúne los mojones o señales de los términos de Villamartín, El Coronil, Algodonales y Puerto Serrano.
El Caserío estaba siempre abierto a “El Cristo”, que encontraba siempre protección entre sus muros y también recibía ayuda de sus moradores para prestarle apoyo y esquivar los encuentros con la Guardia Civil.
Se dice que a la familia que se encargaba de la finca le gustaba escuchar las mil y una historias que les contaba el bandolero, y a cambio ellos le ayudaban a tener un lugar seguro para guarecerse, pero en las tardes de verano a nuestro hombre se le ocurrió la feliz idea de esconderse nada menos que en un nicho que estaba vacío en el cementerio de Puerto Serrano. A decir de los más viejos del pueblo y de sus padres, “El Cristo” dormía sus ricas siestas después de protegerse con la lápida correspondiente tapando la puerta del mismo. También se cuenta que en los alrededores de Puerto Serrano “El Cristo” tuvo una amante a la que entregaba la mayoría de los productos de sus robos.
“El Cristo” era nacido en Zahara de la Sierra (Cádiz), y famoso por sus singulares robos. Se le perseguía mayormente por matar a un guardia civil que un día dio una paliza a su madre para que hablara y dijera dónde se encontraba.
Los más ancianos del pueblo cuentan que había sido cazador y manejaba muy bien las armas. Se dice que en una ocasión pidió a una familia adinerada de éste pueblo (Los Troya) un rifle que éstos poseían, pero se lo negaron, a la noche siguiente se personó en casa de ésta familia y se apoderó del rifle por la fuerza.
También se dice que de noche venía a Puerto Serrano a tomar café a un lugar conocido como “El Café de Elisa”, entraba con su rifle, se ponía al lado de la puerta, pedía su café y no dejaba salir a nadie del local, entrar a todo el que quisiera. A veces incluso invitaba a todos los que allí se encontraban, y cuando iba a marcharse decía: “ Señores, muchas gracias, soy “El Cristo”.
Parece que “El Cristo” murió en una emboscada, sin embargo, años más tarde, se dice que fue visto por algunos vecinos de Puerto Serrano trabajando como jardinero en Sevilla.
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